“Tanto ha penetrado la idea de la globalización en todos que hasta parece un tema aburrido o incluso cliché. Pero estoy de acuerdo con esta idea, de no ser así me creería dueña de toda imagen que mi cabeza pueda concebir; la creatividad depende de mí, de crear a partir de lo que conozco algo nuevo, porque todo lo que veo  ya está establecido en la “universalidad” que definió Hegel. Mi esencia como artista es un revoltijo de cada elemento que me rodea, en pocas palabras los objetos de mi vida cotidiana y cómo esto se convierte en mi qualia.

 Creo que el estar en la frontera  y vivir a mi manera  el estilo de vida de Estados Unidos influyó en toda mi esencia, en especial porque viví mucho tiempo ahí, tanto que se ha convertido en lo que veo y lo que siento,  muchas de mis sensaciones vienen de la memoria y pienso que a todos nos pasa, por ejemplo, cuando recibes un olor de tu platillo favorito puedes recordar la última vez que lo comiste y a continuación te acuerdas del lugar en donde estabas, la hora y las sensaciones que percibiste del lugar.

En la elaboración de mis cuadros siempre me percato de  la poca originalidad que tengo,  siempre veo que la globalización abarca gran parte de su diseño, en este caso es claro que estoy muy influenciada por la estética de Estados Unidos, no me molesta, al contrario, me gusta entender su naturaleza. También me gusta pensar  que por ser frontera con Estados Unidos, nuestros productos, nuestros estilos de vida, han sido parte de nuestras experiencias tanto como para el mexicano como para el estadounidense. Me gustaría saber qué dirían nuestros vecinos sobre cómo se ha construido su esencia, tomando en cuenta nuestra existencia mexicana en sus vidas.”